Santo Domingo, RD.- En un contexto de apertura económica en República Dominicana, se implementó el Régimen de Competitividad e Innovación Industrial (RCII) para garantizar la igualdad de condiciones frente a la liberalización del comercio.
El reciente estudio de la Asociación de Industrias de República Dominicana (AIRD) sobre la «Evaluación de Impacto de los Beneficios Fiscales del Régimen de Competitividad Industrial» revela que, a lo largo de sus 15 años de aplicación, el RCII ha sido un catalizador para el crecimiento sostenible de la industria local, lo que se traduce a un verdadero relato de éxito.
Desde su instauración, el RCII ha evolucionado mediante ajustes y modificaciones, siendo la última implementada a través de la Ley 242-20 en diciembre de 2020. Este régimen ofrece una serie de incentivos tributarios, destacando el crédito por inversión en activos fijos, la exención parcial del ITBIS en importaciones, y la depreciación acelerada, concebidos según las mejores prácticas internacionales.
Una mirada a los números refleja un impacto palpable. Durante más de una década de aplicación, 732 industrias locales se acogieron al régimen, siendo notorio que el 85% de ellas ha aprovechado los beneficios del mismo. La constante incorporación de empresas, con un pico de 424 en 2016 y un total de 392 al cierre de 2022, subraya la efectividad y la continua relevancia del RCII.
Sorprendentemente, la participación de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) representa el 57%, desmintiendo la percepción de que este régimen es exclusivo para empresas grandes. Este dato resalta la diversidad de sectores industriales beneficiados, desde la alimentación y plásticos hasta farmacéuticos y construcción.
Según el documento, la preferencia por la depreciación acelerada como incentivo principal revela una visión estratégica a largo plazo por parte de las industrias. El informe detalla que estas empresas han erogado anualmente un promedio de RD$61,147 millones en insumos, materias primas, maquinarias y equipos, contribuyendo significativamente al desarrollo económico y tecnológico del país.
El estudio no solo se centra en cifras, sino que destaca el impacto cualitativo. Las empresas acogidas al RCII exhiben tasas de crecimiento superiores en valor agregado, ventas y salarios, posicionándolas como líderes en la intensificación del capital y la formación neta de maquinaria y equipo.
En el ámbito internacional, el régimen ha consolidado a República Dominicana como un jugador clave en el comercio global. Las empresas bajo este régimen han duplicado las exportaciones, alcanzando los $1,530 millones de dólares en 2022 y representando el 47% de las exportaciones nacionales.
No menos relevante es el impacto fiscal positivo. Las empresas acogidas al RCII contribuyen significativamente a las recaudaciones totales, superando a sus pares en un 138% en el crecimiento de impuestos pagados.
Este aumento ha ido de la mano con un crecimiento promedio anual del 12.3%, superando el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) nominal de Manufactura Local.
En resumen, el RCII ha demostrado ser un impulsor efectivo para el desarrollo sostenible e inclusivo de la industria en República Dominicana. Más allá de los números, este régimen ha forjado un camino hacia la innovación, la productividad y la competitividad, consolidando su posición como un modelo a seguir en la región.
Registro y Calificación Industrial
El Régimen de Competitividad e Innovación Industrial también trajo consigo un incremento
sostenido en el registro y la calificación industrial otorgada por el Centro de Desarrollo y Competitividad Industrial (Proindustria).
Según datos proporcionados por esta dependencia, del año 2007 al año 2019 se acumuló un total de 1,904 registros industriales. Mientras que desde el año 2020 hasta 2023 se observó el registro industrial de 2,245 empresas.
Los datos muestran un aumento significativo en el registro industrial a partir de esta gestión en comparación con el período anterior con el registro de 341 empresas adicionales en el desde 2020 hasta 2023, lo que representa un 18% de aumento con respecto al período 2007-2019.
Esto sugiere un avance en la actividad industrial y posiblemente una mayor inversión en innovación y competitividad en el sector, reflejando un crecimiento en la economía y el desarrollo industrial durante esos años.
Por otro lado, el acumulado histórico de calificación industrial de Proindustria de 2007 a 2019 asciende a 635. En cambio, del año 2020 al año 2023 hubo un total de 103 calificaciones.
Estos datos sugieren un impulso positivo en la actividad industrial y la evaluación de la calidad de las empresas en el marco de las políticas implementadas por la institución e impulsadas por el Gobierno Central.
